Hace siete días (siete ya!!) que comenzó la locura más bonita de mi vida, más que bonita, un sueño...tanto, que me he dado cuenta qe a veces las palabras no son suficientes para recoger uno por uno los millones de instantes en los que se fragmentaron los 4260 minutos qe han supuesto esta aventura maravillosa. No sólo esos, también la semana de nervios y expectativas que fuimos creando con ilusión, a fuego lento, sólo para disfrutar de eso que habíamos imaginado tantas veces. También después, ahora, aún, tengo ganas de llorar de la emoción, de correr por la playa detrás de esas palomas gordas qe casi eran gaviotas, de que se nos quite el hambre y el sueño de pura felicidad y darnos cuenta, horas después, que lo estamos viviendo, aunque no lo parezca, estamos allí.
Seis de la mañana y la calle Larios en su sitio pero completamente vacía. Para algunos una postal imposible de ver; para nuestro cartero, algo habitual a esas horas de la mañana; para nosotras, cargadas de todo y de nada, algo que alteraba inevitablemente nuestro sistema nervioso después de un viaje infinito. Andamos sin rumbo desde la Plaza de la Constitución hasta Mariblanca, un aperitivo a lo que vendría después. Las gafas, la lluvia y no lluvia, las cámaras, Olivia, las calles y las plazas, las prisas, la música, el coche, la magia, Patio 19, la risa, la playa, Dieta, los bares, las maletas, el cine, los encuentros y desencuentros, la alfombra roja...pensaba continuamente en el regalo de estar allí, en cómo agradecerlo y a qién, en grabar minuciosamente cada detalle en nuestras cabezas y nuestras cámaras para poderlo recordar siempre, pero a la vez lo viví inevitablemente, sin pensar, porque no podía hacer otra cosa qe disfrutarlo.
Ahora ya aquí, recogiendo esos pedacitos con nostalgia e intentando recomponer(me), me doy cuenta qe tengo cientos de miles de palabras qe ofrecer, y no puedo pasar sin dar(os) las gracias por superar mis (inmensas) expectativas. Ana, a tí por ser mi compañera de viaje, en todos los sentidos, cómplice de miradas y momentos, malos, buenos, mejores y...cómo decirlo? maravillosos, gracias porque sin tí no habría Málaga, para mí eres Málaga; Gemma, la caracola qe no qiere salir del caparazón aunqe al final hiciera sol, eres indispensable aqí o allí y lo sabes, gracias por venir una vez más a compartir sueños; Bea, el gran descubrimiento en Málaga, lo mejor qe me llevo a casa de tu ciudad eres tú ; Cris, ya nunca podré mirarte sin recordar estos días juntas, los de antes y los de después, han sido grandes, muy grandes. Me faltan palabras, me sobra ilusión, vamos a dosificarla, una vez más, como cuando hace meses en este Circunloqio descuidado dije a modo premonitorio "ay ay ay la qe se nos viene encima"... y así fue.
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